soy un cadáver prostituyendo gusanos
a veces
sueño
que olvidé que maté
y vivo una vida
ajena
de sonrientes cielos
llenos de
colores soleados que chillan
la prometedora euforia
del día
de pronto
el teléfono volando sin destino
golpea
el
silencio
y me doy cuenta de que mis zapatos están desatados
me resbalo
y caigo
en el dentado y oxidado sudor
del recuerdo
el cielo salta sobre mí
y me caza
con todas las puntas
del pánico
la culpa
y la verdad
el
adiós
a la huida
al olvido
dibujan en mi piel
los infinitos retratos
de la desgracia y la miseria
la ternura de la vida seca las caricias
y el cielo
se aleja
en el vicioso y
descontrolado
momento
del repudio
la jodí
lo tenia todo
y lo perdí
el hedor pesa demasiado
un charco rancio
de sueño
de realidad
se tragó mis huellas
y estos pies han dejado
de hundir
el dónde
el quién
el pasado
suplica una muerte digna
pero me castigo con el medio
y giro
y todo cuando gira
es un círculo
y la vida se redondea
y ahora cuando pasas
la mano
no notas nada
lo liso
lo mismo
no dejó nada
solo el cariño de un espantapájaros
meciendo
el miedo
avisándome
de que en cualquier
esquina de cualquier momento
aparecerá
cualquier algo
para hacerme
filo
del recuerdo
soy un cadáver prostituyendo sus gusanos
no merezco una vida
todas las vidas lo saben
todas las manzanas lo saben
el tiempo
el castigo
vendrán
y vienen
y están
y me llevan
y me dan una sola moneda para el camino
soy el hogar de esta certeza
el secuestro
de mi mirada tuerta
no puedo salir de mí
y cuando sueño que lo intento
me delato
me arrastro para dentro
y me maltrato
por ser feliz
es eso
o que simplemente olvidé
al leviatán
a punto de
salir