COFA

No es poesía

No es literatura

Sólo

son palabras

cayendo

golpeando y rompiendo

contra el suelo

No es carne

No es belleza

No es verdad

Sólo es locura

pidiendo

más

PABLO SOLER

Hoy. 

Estoy. Soy

un feligrés más del horror, del horror, del infantil infierno de Rimboud, de los paseos por las eternas nauseas del existencialismo, de todas las esquinas de Clichy, de los 4 disparos en un día de sol abrasador, del olor de Dinamarca, de los sonidos sordos de una campana, de las orejas cortadas, del Neil de Jack, de volver de Siracusa, de los espejos desnudos, de Wagner en el aliento de un vagabundo, de la miseria del final de la noche, de empujar la misma piedra y verla caer una y otra vez, de la sensatez de preferir no hacer, de los hambrientos inviernos de la niñez y de ver cómo la lluvia se lleva todos estos momentos. Estas poses. Estas lágrimas. Estas voces.

Miro. Estas luces. Estos delirios.

Toco. Este arte sin madre.

Exploro. Las bellas formas llenas de nada y yo.