(las excusas se quedaron sin mundo)
lo más sano
que puedo hacer es
matarme
pero me tengo demasiado cariño
y soy demasiado
cobarde
tengo demasiado miedo de quién seré
después
de no saberlo ser
y vuelvo
derrotado
a las paredes de este cadáver
a rezar
a cantar
los mismos dolores
mis queridos clichés
al entrar
en casa
la enfermedad
me besa
me abraza
me jura que todo va a cambiar
y siento un extraño placer en saber que no es verdad
nos tumbamos
nos dormimos
mientras
nos decimos
nuestras mentiras
favoritas
al oído
y en silencio te miro
pensando
que no hay nada mas enfermo
que querer vivir
sano
lejos de tu lado